El hombre piensa que no está hecho para el perdón y para eso
está establecida la justicia. Sin embargo, experimenta que cuando él se ha
equivocado o ha fallado suplica una nueva oportunidad. Es entonces cuando
experimentas que tú también necesitas perdonar para que luego seas perdonado.
Sólo hay una salida, y es levantar la mirada hacia Dios. Él
nos perdona sin merecérnoslo, y no sólo una vez, sino todas las veces que haga.
Y nos dice que en la medida que yo perdone, evite juzgar y sea compasivo y
misericordioso, así seré tratado.
Por lo tanto, será
bueno tener en cuenta este mandato del Señor. Y es que al practicarlo
experimento que lo necesito, porque todos necesitamos ser perdonados en algunos
momentos de nuestra vida. Somos pecadores y caemos muchas veces. Y gracias a la
Misericordia de Dios estamos vivos. De la misma forma, también nosotros
necesitamos perdonar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.