miércoles, 21 de febrero de 2018

Resultado de imagen de Lc 11,29-32 dibujado por Fano
Es bueno distinguir y discernir sobre qué creer y, sobre todo, a quien creer. No se puede creer a cualquiera, ni tampoco fiarse de las promesas que hagan. La verdad es una y nada que sobrepase lo natural se puede superar. La naturaleza tiene sus leyes y eso científicamente está comprobado. De modo que no por hablar se puede superar las leyes naturales.

Por lo tanto, para creer en alguien hay que constatar lo que dice con lo que hace. Y no será fácil convencer ni demostrarlo. A lo largo de la historia ha habido muchos que han tratado de engañar y falsear con la palabras y las mentiras. Y muchos han sido engañados y lo son en estos momentos. El propio mundo en que vivimos es un peligro que también nos engaña.

A este respecto, Jesús, nuestro Señor, hace coincidir su Palabra con su Vida, y sus obras están por encima de las leyes naturales. Las supera y siempre lo hace a favor y beneficio del hombre. Pero, es más, nos promete el gozo y la felicidad eterna y nos lo demuestra venciendo la muerte con su Resurrección. Es Señor de Vida Eterna y nos lo ha demostrado hasta el punto que es eso lo que también arde y bulle dentro de nuestros corazones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.