sábado, 10 de febrero de 2018

Hoy Jesús se compadece de la multitud que le ha seguido. Están en un descampado y fatigados. Necesitan comer y no hay nada cerca. Jesús se percata de la situación y siente compasión e invita a los discípulos a que les den de comer. Y ellos se sorprenden, pues no ven como pueden hacerlo.

No hay comida suficiente ni oportunidad de comprarla ni dinero. Una situación imposible para nosotros, pero no para Jesús. Es el Señor y puede sacar alimento de donde no lo hay. Y lo hace para que podamos entender que es el Señor. Quizás nosotros todavía no nos hayamos dado cuenta.

¿Dónde están nuestros panes y peces? Porque, tendremos algunos panes y peces. Son esos talentos que hemos recibido y debemos emplearlos en satisfacer las necesidades de quienes carecen de lo necesario para vivir y salvarse. Porque, el anuncio de la buena Noticia, que es Jesús, nos salva.

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