Hoy Jesús se compadece de la multitud que le ha seguido.
Están en un descampado y fatigados. Necesitan comer y no hay nada cerca. Jesús
se percata de la situación y siente compasión e invita a los discípulos a que
les den de comer. Y ellos se sorprenden, pues no ven como pueden hacerlo.
No hay comida suficiente ni oportunidad de comprarla ni
dinero. Una situación imposible para nosotros, pero no para Jesús. Es el Señor
y puede sacar alimento de donde no lo hay. Y lo hace para que podamos entender
que es el Señor. Quizás nosotros todavía no nos hayamos dado cuenta.
¿Dónde están nuestros
panes y peces? Porque, tendremos algunos panes y peces. Son esos talentos que
hemos recibido y debemos emplearlos en satisfacer las necesidades de quienes
carecen de lo necesario para vivir y salvarse. Porque, el anuncio de la buena Noticia,
que es Jesús, nos salva.
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