Ocurre que muchas veces tratamos de escapar a la hora de
hacer algo. Nos cuesta aceptar reconocer que no sabemos, o que nuestra
humanidad nos dificulta hacer las cosas bien. Eso no debe ser obstáculo para,
al menos, hacerlas lo mejor posible. Ese esfuerzo nos cuesta y a veces nos
interpela.
Debemos tener en cuenta que no podemos escondernos, y,
aunque creamos que nadie nos ve, Jesús siempre está presente en nuestros actos.
A veces, cosas que hacemos y que sabemos que están en lugares ocultos a la
vista de las personas, descubramos que el Señor las ve y no podemos esconderla
a su vista.
Él es nuestro público
y siempre verá y sabrá, no sólo lo que hacemos, sino cómo y por qué lo hacemos.
Por lo tanto, seamos honrado con nosotros mismos y en cada momento actuemos
como si estuviésemos rodeados y a la vista del público.. Porque a pesar de que
nadie nos vea, Jesús si nos ve y sabe de qué manera actuamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.