jueves, 1 de febrero de 2018

Por el Bautismo nosotros, los bautizados, recibimos la Gracia de ser hijos de Dios y quedamos configurados como sacerdotes, profetas y reyes. Recibimos al Espíritu Santo y, muertos a nuestros pecados quedamos transformados en hombres nuevos para vivir y proclamar la buena Noticia.

Por eso, el Evangelio de hoy nos presenta el momento en que Jesús, el Hijo de Dios, envía a sus discípulos de dos en dos a proclamar la buena Noticia de Salvación. Porque, hay que llevarla a todos los lugares para que todos los hombres la oigan, la escuchen y la conozcan.

Y les da unas condiciones y unos poderes, que tendrán que cumplir para que la buena Noticia caiga en tierra buena y dé frutos. También nosotros, por el Bautismo, somos enviados al mundo para que demos testimonio de la buena Noticia y con el ejemplo de nuestra vida y respuesta a nuestra fe podamos transmitir y anunciar la buena Noticia.

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