En el Evangelio de hoy, Jesús nos invita a tener confianza y
a creer en Él. Nos llama a tener paz y nos revela que en la Casa de su Padre
hay muchas mansiones que preparará para todos aquellos que crean en Él. La sorpresa
y el regalo es inmenso y nos llena de esperanza y alegría.
Porque, nos promete volver, como ya esperábamos por su misma
promesa, y nos dice que volverá para llevarnos a esa mansión que Él mismo ha
ido a preparar. ¿No es esto una estupenda y buena Noticia? Y nos recuerda que a
dónde Él va ya sabemos el camino.
Posiblemente, igual que le ocurrió a Tomás, también nosotros
nos quedemos confundidos, porque no sepamos el camino. Pero, Él nos lo aclara
enseguida: «Yo soy el Camino, la Verdad
y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí».
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