No da lugar a diferentes interpretaciones. Jesús deja meridianamente claro que Él y el Padre son uno y le reprocha a Felipe que no se
haya dado cuenta. Y a través de Felipe a todos los demás. Y hoy también a
nosotros. En la medida que conozcamos a Jesús, el Hijo de Dios, conoceremos
también al Padre.
Por eso, conviene permanecer en el Señor y conocerle bien,
porque, en Él está también el Padre. Sus obras son hechas por el Padre en Él. Las palabras que os digo, no las digo por
mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Son palabras dichas por Jesús.
Sólo hay una opción,
la de creer, porque las demás serán lo contrario y eso nos aleja del Señor. Y
lejos del Señor todo será diferente y de perdición, porque, sólo Él es el
Camino, la Verdad y la Vida, y fuera de Él todo se oscurece y nos quedamos en
tinieblas. Y en la medida que creamos en Él, el Espíritu Santo nos irá ayudado
a permanecer y entender su Palabra.
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