Hay momentos que nos preguntamos por qué nuestro testimonio
y actuar no llaman la atención ni cuestionan. Partimos que responder a la
llamada de Jesús es muy personal y no es nada fácil, pero eso no es obvio para
que los otros se cuestionen y se interroguen con nuestra respuesta.
Quizás no nos hemos cuestionado que clase de testimonio
damos nosotros, porque el testimonio no es el que a nosotros nos guste, sino el
que, de forma natural, da nuestra vida al obrar en relación con los demás. De forma
que si amamos, eso se desprenda y se note en nuestro actuar de cada día.
¿Acaso hay conciencia
viva de que Jesús está vivo? ¿Invitarías a un café a tu bisabuelo? Sería
absurdo y te tomarían por loco, pues está muerto, pero no así ocurre con Jesús.
A Él si puede invitarle a tu vida y a estar contigo en todo momento y lugar. Él
vive y te acompaña en tu vida. Quizás esa forma de relacionarte con Jesús y
hacerle partícipe en tu vida es lo que los demás no notan ni ven.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.