No se ama por temporadas ni por un rato. Cuando se ama es que se ama. Si no es así es que no hay verdadero amor. Amarlo gratuitamente, con paciencia, con constancia,
con perseverancia, con bondad, con inocencia, con entrega, con delicadeza, con
perspicacia y con mucha voluntad. Mirándonos como nos ama nuestro Padre Dios e
intentando amar como Él.
Claro, se hace difícil, pero es lo que pruebas que
realmente le amas y tu verdadero compromiso de amor. Lo demás son excusas,
justificaciones, autoengaños y equivocaciones. Lo demás descubre tus egoísmos,
tu utilitarismo, tu mentira.
No te
dejes engañar y busca dentro de ti la auténtica verdad de tu pretendido amor. Y
madura con él poniendo todo tu esfuerzo, sacrificio y amor en la lucha por
retenerlo. El amor verdadero nunca acaba y siempre permanece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.