Nosotros venimos a este mundo con una sublime aspiración, la
de vivir eternamente y en plenitud de gozo. Pues bien, esa sublime aspiración
se ha hecho realidad, porque un Hombre, nuestro Señor Jesús, ha Resucitado y
después de cuarenta días de estar con sus amigos ha ascendido al Cielo. ¿Qué
significa eso?
Eso significa que también nosotros podemos realizar esa
sublime aspiración que está sembrada en nuestros corazones. Estamos llamados
para ascender al Cielo y en él vivir eternamente y en plenitud de gozo y
felicidad. No es un sueño, sino una realidad. Sólo tenemos que confiar y creer
en nuestro Señor Jesús, porque Él lo ha realizado.
Y nos ha prometido
que también nosotros iremos con Él. Para eso ha bajado a este mundo, para
revelarnos que el Padre, quien lo ha enviado, nos ama y quiere que vivamos con
Él en el Cielo para toda la eternidad en plenitud de gozo y felicidad.
Dejémonos inundar por esa Gracia de nuestro propio bautismo que nos conforma
con Cristo, para que cómo y en Él también nosotros resucitemos y vayamos al
Cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.