martes, 23 de octubre de 2018

El momento más importante es el final de nuestra vida, nuestra hora, pero también todos los demás momentos son importantes. Cada momento es un acto delante de Dios. Él es nuestro público y nos acompaña y ve aun en los momentos más oscuros y escondidos de nuestra vida.

Nuestra actitud debe ser vigilante, prestos siempre a tomar conciencia que Jesús está con nosotros y que nos asiste, nos auxilia y nos anima. Esa toma de su presencia debe siempre motivarnos y de despertarnos de actuar tal y como Él quiere, porque Él alumbra nuestra actuación.

Y tú y yo debemos tener los ojos y oídos bien abiertos y estar atentos a sus indicaciones y a su llamada. Cada día, cada instante puede ser una sugerencia, una motivación, una alerta a estar preparado y siempre vigilante para cuando Él se nos haga presente.



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