sábado, 13 de octubre de 2018

El piropo lanzado a María como Madre de Dios, salido de boca de una mujer, es un piropo humano y propio de la razón humana. Pero, a pesar de la importancia y dignidad que representa ser la Madre de Dios, no es lo que representa la verdadera dicha de una persona.

Porque, lo verdaderamente importante sale de la boca de Jesús: “Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.  Y, María, cumple con esas dos premisas pronunciadas por una mujer y por su Hijo Jesús, porque, ella es su Madre, primero por haber aceptado la Voluntad de Dios y, segundo, humillándose, cumplir con su Voluntad.

Es un gran ejemplo la actitud y el testimonio de María, y como Madre nuestra también nos enseña el camino a seguir. Un camino de fe, de obediencia, de escucha de la Palabra y de perseverancia. Un camino que, a pesar de los momentos de oscuridad y de dificultades, María siempre supo sostenerse firme y obediente. Miremos a María en nuestro peregrinar hacia la Casa del Padre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.