sábado, 6 de octubre de 2018

Sucede que mientras tu compromiso en y por la fe va creciendo, tu relación con Dios puede ser algo cansada, triste y no tan deseada. Supongo y he oído que a algunos santos les ha sucedido eso. Es de sentido común que la lucha contra sí mismo trae sacrificios y exigencias, y eso siempre es duro y mortifica.
               
El esfuerzo siempre exige y cuesta y, por lo tanto, no gusta mucho. Todos tenemos experiencias de esto en nuestra propia vida en los momentos del trabajo, de los estudios, de las superaciones para conseguir algo…etc. Pero, también es verdad, al final aparece el gozo, la alegría y satisfacción.

Estar con el Señor tendrá que ser algo hermoso y gozoso. Descubrir que hacemos su Voluntad nos llenará con total seguridad de paz y de gran alegría, pero saber que contamos con su Amor y tenemos un lugar en la Casa del Padre es la mayor alegría que podemos encontrar en este mundo.

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