miércoles, 31 de octubre de 2018

Un buen padre dice la verdad a su hijo, precisamente porque lo quiere y busca su bien. Y la verdad exige esfuerzo y renuncias. Para mejorar y formarse hace falta trabajo y constancia. No se crece sin morir a muchos caprichos y apetencias, y sobre todo a muchas renuncias que endurecen tu vida.

Pero, la alegría, la paz y la felicidad se encuentran detrás de ese esfuerzo que se busca en verdad y en justicia. Y un padre le descubre ese camino a su hijo para que encuentre su plena felicidad. Porque, en verdad quiere y busca la felicidad.

Nuestro Padre Dios, que nos ha creado para que seamos felices y eternos, quiere y busca nuestra felicidad. Y nos habla claro a través de su Hijo para señalarnos el único y verdadero camino, la puerta estrecha que hoy nos descubre en el Evangelio. Estemos vigilantes y preparados para, por la acción del Espíritu Santo, entrar por la puerta estrecha.

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