Ser héroe no es hacer grandes
cosas, sino ser fiel en las pequeñas cosas de cada día. Porque, la heroicidad
no se demuestra en momentos puntuales y heroico, sino en el acontecer de cada
día y en las responsabilidades, pequeñas o grandes, que cada uno tiene.
Hay muchos héroes anónimos
que son fieles a sus responsabilidades y renuncian a la tentación del dinero y
del poder para mantenerse fieles a su compromiso. Y quienes lo hacen con las
cosas pequeñas y de cada día, también lo harán en las cosas grandes que se les
pueda presentar en sus vidas.
Y es que no podemos servir a dos señores a la vez. No
se puede cumplir y ser fiel cuando te interesa y no hacerlo cuando no te
conviene. No se puede obedecer cuando te parece y no hacerlo cuando no te
apetece. Al final terminarás siempre sometiéndote a uno. Y lo importante es
servir a la verdad y la justicia, que, precisamente, están en Dios.
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