domingo, 24 de marzo de 2019

Resultado de imagen de Lc 13,1-9
En algunos momentos piensas que la suerte de otros obedece a su mala conducta, y tu buena suerte se debe a lo bueno que eres. Creerte mejor que otros es una gran equivocación, pues no hay nada que lo justifique. Tus buenos actos se deben a la Gracia de Dios, y lejos de Él todo es oscuridad.

Por lo tanto, reconocernos pecadores como los demás es un primer paso para tratar de empezar a cambiar para mejor. Y cambiar siempre por la Gracia de Dios e injertado en el Espíritu Santo. Solos no podremos hacer nada.

Por eso, nuestros esfuerzos deben ir en la línea y actitud de conversión. Y esa conversión exige cambios y esfuerzos para dejarnos modelar por la Gracia de Dios. No somos mejores que nadie, pero podemos mejorar siempre que creamos en la Palabra de Dios y nos dejemos guiar por el Espíritu Santo.

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