Hay quienes persiguen la
riqueza y conseguida esta se les vuelve en contra. Pronto, destruyen sus
familias, desorganizan su vida, quedan a la deriva y se pierde. Entonces luego
recuerda que todo su camino ha sido un camino equivocado y de perdición.
Los que se fían de los
hombres, del mundo y sus riquezas van por camino equivocado y de perdición. Ya
lo profetizó Jeremías 17, 5-10 y sigue de actualidad. Jesús lo descubre en la
parábola del rico epulón. Quien busca la felicidad en el placer toma un camino
de perdición
Muchos no cumplen las leyes
sino cuando les interesa. No obedecen la ley de Moisés incumpliendo las leyes
establecida en la explotación de las tierras. Si no hacen caso a Moisés y a los
profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto.
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