Las leyes, pero tus propias
leyes, no las impuestas por otros, son los dioses que tú quieres imponer a los
demás. Y te molesta todo lo que no sea eso. De modo que, cuando te dicen que
tus leyes no son buenas para el hombre y que estás perjudicándole, te enfades y
tratas de callar esa boca.
Jesús va contra el sábado
cuando éste se pone por encima del hombre. Debe ser al revés, el sábado en
función del hombre. Y esto molesta a los judíos, más cuando Jesús se declara Hijo
del Padre y que ha recibido todo del Padre hasta el punto de hacer las mismas
obras que hace el Padre.
Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo
que Él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis.
Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el
Hijo da la vida a los que quiere. El que no honra al Hijo no
honra al Padre que lo ha enviado. En verdad, en verdad os digo: el que escucha
mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en
juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
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