Cuando la razón empieza a
madurar en nuestro corazón lo endurece y ya le cuesta creer muchas cosas. Sobre
todo aquellas que no entran en su cabeza. La fe se tambalea y eso de comer su
Cuerpo y beber su Sangre es algo que no cabe en nuestra mente.
Sin lugar a duda, es una
doctrina dura, por eso se nos ha dado la fe. Fe que tenemos que pedir y buscar.
Y en esa medida todo se va asimilando, porque, quien es capaz de resucitar es
capaz de todo. Porque, quien es capaz de devolver la vista a un ciego, es
también capaz de todo.
Por eso, mirando a Jesús
desde su Resurrección y contemplando su estilo de vida y sus Obras, abrimos
nuestro corazón como el de un niño y creemos en su Palabra. Porque, Tú, Señor,
tienes Palaba de Vida Eterna.
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