En el Evangelio de hoy, Jesús
deja claro que quien no le ama, no le sigue ni guardará su Palabra. Y, por el
contrario, quien le ama si la guardará y su Padre también le amará y habitarán
en él. Es también evidente.
Jesús es enviado por el
Padre, y quien ama al Hijo, amará también al Padre, así que ambos habitarán en
él. Son supuestos y verdades que se desprenden de la Palabra que Jesús nos
revela en el Evangelio de hoy domingo. Fiarnos de su Palabra es vital. Y eso tiene mucho que ver con el Espíritu Santo.
De ahí la gran importancia de
conocerlo, reflexionarlo y constatarlo con nuestra realidad. Y de saber que
recibiremos el Espíritu Santo, que ya ha venido a nosotros si estamos
bautizados y nos, si se lo permitimos, iluminará, para que entendamos lo que no
está a nuestro alcance entender y recordarnos lo que ya Jesús nos ha dicho.
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