En la vida no se nos presenta
con facilidad sostener y preservar la vida misma, valga la redundancia. Se hace
difícil por los diversos obstáculos y peligros que hay que sortear. Es una
lucha diaria el precio que tenemos que pagar para sostenerla firme y libre.
Hay muchos okupas que la
amenazan y con los que tenemos que tener cuidados. Son peligros inmediatos y
muy cercanos a nosotros. Incluso, viven en nuestro interior y cohabitan
diariamente con nosotros en nuestra vida. Son la envidia, el odio, la venganza,
la soberbia, el egoísmo… etc. y muchos más.
Todos ellos tratan de
desviarnos, de descentrarnos y de arrebatarnos la propiedad, nuestra alma, que
pertenece a nuestro Padre Dios. Tratan de ocupar nuestro lugar y robarle a Dios
nuestra alma. Tenemos armas para lucha que no debemos dejar de usar. Son la
confesión y la Eucaristía. Con ellas vencemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.