martes, 14 de mayo de 2019

Resultado de imagen de Jn 15,9-17
En la vida no se nos presenta con facilidad sostener y preservar la vida misma, valga la redundancia. Se hace difícil por los diversos obstáculos y peligros que hay que sortear. Es una lucha diaria el precio que tenemos que pagar para sostenerla firme y libre.

Hay muchos okupas que la amenazan y con los que tenemos que tener cuidados. Son peligros inmediatos y muy cercanos a nosotros. Incluso, viven en nuestro interior y cohabitan diariamente con nosotros en nuestra vida. Son la envidia, el odio, la venganza, la soberbia, el egoísmo… etc. y muchos más.

Todos ellos tratan de desviarnos, de descentrarnos y de arrebatarnos la propiedad, nuestra alma, que pertenece a nuestro Padre Dios. Tratan de ocupar nuestro lugar y robarle a Dios nuestra alma. Tenemos armas para lucha que no debemos dejar de usar. Son la confesión y la Eucaristía. Con ellas vencemos.

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