Entre los primeros objetivos
que el ser humano se traza en su vida, sobre todo a la hora de emanciparse de
sus padres es buscar una casa o mansión. De eso, precisamente, nos habla Jesús
en el Evangelio de hoy.
Nos ha prometido venir a
buscarnos y mientras se ha ido a prepararnos una mansión en la Casa de su
Padre. Una mansión a la que nos llevara cuando venga en su segunda venida, que
nos ha prometido y que cumplirá.
Porque, la Palabra del Señor
siempre ha sido cumplida, tanto las profetizadas sobre su Persona como las que
Él nos ha prometido como enviado de su Padre. Por eso, nuestra alegría es
inmensa y esperanzada, pues tenemos una mansión reservada en la Casa de nuestro
Padre Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.