Tiberíades era un lugar nostálgico
que recordaba el comienzo de una nueva esperanza en la vida de los apóstoles.
Muerto Jesús, decepcionados y fracasados se retiraron al lugar donde había
comenzado todo. Y allí, con la esperanza perdida decidieron regresar de nuevo al
oficio de pescador.
Aquellas palabras de Jesús
que les iba a hacer pescadores de hombres estaban ya en el camino del olvido.
Volvían a la rutina de sus vidas pasadas. Todo volvía a ser igual y, después de
estar toda una noche bregando, la decepción era mayor. No habían pescado nada.
Es entonces cuando Alguien
desde la orilla les sugiere volver a echar la red, pero ahora a la derecha. Y,
sin saber cómo, lo hacen y el asombro es grande. Sacan la red cargada de peces.
¿Qué ha sucedido? Es el Señor advierte Juan y Pedro se lanza rápidamente en su
búsqueda. ¿Qué hacemos nosotros?
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