El valor de cada persona para
el Señor es incalculable. Nos ha dado la vida y nos ha perdonado nuestros
pecados y miserias, y enviando a su Hijo nos ha rescatado del pecado para poder
alcanzar la Vida Eterna. Su Misericordia es Infinita.
La parábola que hoy nos
describe nos revela su Infinito Amor incondicional. El Señor no tiene en cuenta
nuestro rechazo, nuestras ofensas y nuestros pecados. Por encima de eso nos
ofrece su Misericordia y sale en nuestra búsqueda para salvarnos.
Es algo que no podemos
comprender ni cabe en nuestra cabeza. Pero, es así y nos lo dice una y otra
vez. Seamos obedientes y confiados a su Palabra y pongamos todo lo de nuestra
parte para creer fielmente en su Palabra. Iremos, por su Infinita Bondad
entendiendo su verdadero Amor.
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