Hay una gran dificultad que
nos impide amar. Nuestra naturaleza humana, herida por el pecado, nos
imposibilita amar. Necesitamos ayuda, y ese auxilio nos viene a través del
Espíritu Santo que se hace presente en nuestra vida.
Jesús nos ha prometido estar
siempre con los que creen en Él, hasta el final de los tiempos. Y eso significa
hasta su segunda venida. Pero, su Espíritu nos acompañará durante todo el
camino de nuestro peregrinar por este mundo.
Por lo tanto, seguir a Jesús
implica un seguimiento en todas las épocas después de su venida a este mundo.
Seguir a Jesús implica tomar conciencia de que Él, ya Resucitado, está presente
en nuestra vida todo instante y nuestro seguimiento consiste en abrirle nuestro
corazón a su Palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.