Por lo tanto, será muy importante clarificar el concepto de libertad. Porque, muchos entienden que ser libre es satisfacer sus gustos, sus apetitos, sus egoísmos e intereses. Y otros, hacer lo que te viene en gana y te apetece. No poder hacer lo que quieres entienden que es ser esclavo.

A mi entender y según lo que nos dice Pablo, ser libre es tener la actitud de estar disponible para hacer y buscar el bien de otro igual que hago con el mío. Ser libre es, pues, un compromiso que me obliga a luchar contra mis egoísmos en bien de los demás.

 Pero, ese bien buscado y deseado no puede ser un bien particular, personal o interesado, sino un bien que está en consonancia con la verdad. Una verdad que va de acuerdo con la justicia y la caridad. Un bien que sintoniza con el anuncio de la Buena Noticia. Entonces, descubrimos que esa es la verdadera libertad. Una libertad que nos hace estar disponible para amar en verdad y justicia.