viernes, 19 de julio de 2019

Resultado de imagen de Mt 12,1-8 visto por Fano
Con cierta facilidad estamos inclinados a poner límites a la conducta del hombre. No sólo la interpretamos a nuestra manera sino que las exigimos salvo leyes que oprimen y castigan. ¿Es eso respetar la libertad de las personas? ¿Con qué derechos nos atribuimos ese poder?
                        
Los sacerdotes, escribanos y fariseos acaparaban el poder de su época con esas leyes que ellos daban vida e imponían a los demás. No se tenía en cuenta la dignidad de la persona y se buscaba su bien. Simplemente someterla al cumplimiento de una ley.

Y Jesús rompe esa mala costumbre y esa imposición interesada y de poder anteponiendo la dignidad de la persona y buscando siempre primero su bien. La persona está por encima de la ley y nunca la ley puede exigirle sacrificios que vayan contra su propio bien.

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