martes, 23 de julio de 2019

Resultado de imagen de Jn 15, 1-8
En el camino de nuestra vida experimentamos fracasos y también éxitos, pero, todo lo que hagamos sabemos que no nos valdrá de nada si no lo hacemos injertado en la verdadera Vid que nos sostiene y alimenta. Porque, todo lo que está fuera de Él es caduco y muere.

Al final del camino nos damos cuenta que todo lo vivido no tiene sentido si ha sido realizado lejos de Dios. ¿Por qué?, pues, porque realizados al margen de Dios experimentamos que son frutos perecederos y de muy poco valor. Todo lo que no es eterno tiene poca valía.

Lo bueno son los frutos de vida eterna, y esos frutos no se pueden dar sino injertados en el Señor. Él es la Vid y nosotros los sarmientos, y para dar frutos de Vida Eterna tenemos que estar injertados en el Señor y permanecer en Él.

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