martes, 2 de julio de 2019


Resultado de imagen de Mt 8,23-27 por Fano
No todo es camino fácil ni llano. Hay subidas que nos aceleran el corazón y nos dan mucho trabajo y para las cuales necesitamos muchos esfuerzos. Las tormentas, tempestades, huracanes, terremotos…etc., están presentes en nuestros caminos y necesitamos estar atentos y expectantes.

Pero, esa atención no basta. Necesitamos que en la barca de nuestra vida vaya quien únicamente nos puede salvar. Así sucedió con aquellos discípulos. Mientras el mar estaba en calma no les importaba que Jesús durmiera, pero en cuanto el mar se embraveció la cosa cambió.

Estaban con Jesús y eso les salvó de las embestidas de aquellas olas furiosas. No le echaron en falta mientras todo iba en calma, pero al despertar el viento enseguida acudieron a Jesús. Sí, Jesús estaba allí y les reprochó que no tuvieran fe en Él. También nos puede pasar a nosotros. ¿Dónde tenemos a Jesús? ¿Está lejos?

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