martes, 27 de agosto de 2019

Resultado de imagen de Mt 23,23-26
Ante las dificultades de la vida nos vamos cansando. Experimentamos, día tras día, que nuestros esfuerzos son vanos. Una y mil veces volvemos a caer en aquello que habíamos prometido no caer, y terminamos por experimentar nuestra debilidad e impotencia ante las tentaciones que el mundo nos presenta.

Ante esa barrera que, el mundo, demonio y carne, levanta en mi vida la vía más cómoda es la resignación y la bajada de bandera. Cansados y rendidos nos entregamos al placer, a la buena vida y tratamos de olvidarnos de la puerta estrecha que nos ha propuesto el Señor Jesús.

Esa es nuestra realidad, la perdida de fe y confianza en el Señor, que nos ciega y nos va durmiendo hasta el punto que no nos damos cuenta del Tesoro que estamos perdiendo y al que aspirábamos llenos de esperanza. No perdamos esa esperanza porque, el Señor nos perdona y está a nuestro lado para levantarnos y seguir adelante.

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