Suele suceder que, en muchos momentos de nuestra vida
nos experimentamos seducidos por algunas personas o por ídolos falsos. Suele
ocurrir que experimentamos apegos a apetitos que nos esclavizan y someten
encadenándonos y privándonos de libertad. Es cuando nos damos cuenta que no
somos libres y que hemos sido despojado de nuestra voluntad.
Y comprendemos que sólo la verdad nos puede devolver
la libertad. Pero, ¿dónde está la verdad? Es cuando descubrimos que sólo el
Señor es mi verdadero dueño y me ama hasta dar su Vida por salvarme y hacerme
libre eternamente. Una libertad plena de gozo y felicidad.
Por eso, vivamos solo desde la libertad sometidos al
único y verdadero Señor, que nos hace libre y nos da la gloria y la plenitud
eterna compartiendo su Gloria con todos nosotros. Él es el Señor al que
verdaderamente adoramos y seguimos sometiéndonos a su Voluntad por verdadero y
auténtico amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.