miércoles, 28 de agosto de 2019

Resultado de imagen de Mt 23,8-12
Suele suceder que, en muchos momentos de nuestra vida nos experimentamos seducidos por algunas personas o por ídolos falsos. Suele ocurrir que experimentamos apegos a apetitos que nos esclavizan y someten encadenándonos y privándonos de libertad. Es cuando nos damos cuenta que no somos libres y que hemos sido despojado de nuestra voluntad.

Y comprendemos que sólo la verdad nos puede devolver la libertad. Pero, ¿dónde está la verdad? Es cuando descubrimos que sólo el Señor es mi verdadero dueño y me ama hasta dar su Vida por salvarme y hacerme libre eternamente. Una libertad plena de gozo y felicidad.

Por eso, vivamos solo desde la libertad sometidos al único y verdadero Señor, que nos hace libre y nos da la gloria y la plenitud eterna compartiendo su Gloria con todos nosotros. Él es el Señor al que verdaderamente adoramos y seguimos sometiéndonos a su Voluntad por verdadero y auténtico amor.

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