Es de sentido común que a una
madre se le dé todo lo mejor. Todo el mundo le gustaría poner a su madre en lo
más alto, es lo lógico. Y no podía ser de otra manera el pensar que Jesús quiso
lo mejor para su Madre. Y siendo Dios hecho Hombre la preservó de pecado para
que su vientre inmaculado le fuese cuna para su nacimiento.
Por eso, María es Inmaculada
e incorrupta, pues la libre de pecado por la Gracia de Dios no podía pasar por
la corrupción del cuerpo, y menos del alma. Su Asunción a los cielos es dogma
de fe, pero hasta se puede entender desde la razón humana.
María, no sólo es Madre de
Dios, porque lo fue durante el tiempo que Dios se encarnó en su vientre, sino
que también en el momento de la muerte de su Hijo en la Cruz fue ofrecida por
Él a todos los hombres como Madre. Por eso, María es Madre nuestra y a ella le
pedimos que interceda por nosotros. Amén.
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