La vida tiene dos opciones, o sigues lo que el mundo te marca y te ofrece, o te enfrentas a él desde la Palabra de Dios, camino, verdad y vida. Eso despertará en ti que arda el fuego de tu corazón y tengas fortaleza y capacidad para enfrentarte a las mentiras, injusticias y a los que tratan de sembrar el mal.

Ante esta realidad, seguir a Jesús, el Señor, tiene sus dificultades, pero también es el único camino por donde encontrarás la única y verdadera felicidad. Es la puerta estrecha, ya te lo ha dicho, pero también es donde se esconde esa eterna felicidad que persigues.

Y en tu mano está esa opción. Encontrarla depende de que te abandones, por la fe, en el Señor, y te dejes conducir por su Espíritu confiado en su Palabra y fortalecido por su Amor, pero sobre todo, en y con la esperanza de encontrar, en la medida que en tu propio camino lo vas experimentando, esa paz y felicidad que buscas.