sábado, 24 de agosto de 2019

Resultado de imagen de Jn 1,45-51 por Fano
Los apóstoles esperaban o al menos sabían de la esperanza de su pueblo de la llegada de un Mesías que les salvara. En principio, esperaban salvarse de la opresión y la esclavitud a la que le sometían el pueblo invasor, pero estaban muy lejos de la verdad.

El Mesías esperado no era el que ellos se habían figurado, ni tampoco muchos de nosotros. Porque, aunque ahora no esperamos un libertador si nos imaginamos alguien que, como si de un caja mágica se tratara, nos solucionase todos nuestros problemas.

Y cuando las cosas no ruedan como creemos nos revelamos, exigimos y le damos la espalda. Incluso le rechazamos y como Natanael pensamos que el hijo de un simple carpintero no puede ser el Mesías esperado. Pidamos paciencia, sabiduría y luz para comprender que Jesús es el Mesías prometido. Amén.

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