domingo, 25 de agosto de 2019

Resultado de imagen de Lc 13,22-30
Nuestra salvación la ha dejado Dios en nuestras manos. Eso no significa que podamos nosotros solos alcanzarla sino que Dios cuenta contigo para salvarte y necesita que tú pongas en sus Manos voluntariamente esa libertad que Él te ha regalado para darte la fortaleza de poder salvarte.

Y para ello necesitas llenarte de humildad y ser dócil a la Voluntad de Dios para vivir en su Palabra y, sobre todo, aceptar tus pecados reconociéndote débil y pecador y dejar que el Espíritu Santo haga en ti la obra de transformar tu corazón endurecido en un corazón humilde, suave y comprensivo.

Por eso, nuestra esperanza queda en Manos del Señor y de su Infinita Misericordia, pero no podemos fiar todo a su Bondad sino también poner nosotros de nuestra parte y esforzarnos en entrar por la puerta estrecha porque hemos recibido también unos talentos que tendremos que poner a trabajar.

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