La oración del Padrenuestro
nos exige un cambio y estilo de vida muy notorio y muy personal. Nos esforzamos
en hacer su Voluntad y le pedimos que nos dé lo que necesitamos, tanto material
como espiritual para realizarla. También nos reconocemos pecadores y pedimos su
Misericordia.
Una Misericordia que nos será
concedida en la medida que también nosotros la practiquemos y la vivamos con
nuestros semejantes. Sobre todo con nuestros enemigos. Porque, en la medida que
lo hagamos, así también seremos perdonados nosotros.
Pero, no nos será fácil si no
ponemos de nuestra parte toda la voluntad y esfuerzo que dependerá de nosotros.
Nuestro Padre Dios nos ha dado unos talentos y cualidades que tendremos que
poner a rendir y en ese esfuerzo lograremos apartarnos de toda tentación y del
mal que nos amenaza, siempre contando con su Gracia. Amén.
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