martes, 8 de octubre de 2019

Resultado de imagen de Lc 10,38-42 por Fano
La vida, nuestro proyecto de vida necesita mucho tiempo y mucha reflexión. Cada paso que demos en ella debe ser pensado y meditado. Sin pausa y reflexión nuestra vida puede desbocarse y descarrilar por los muchos precipicios que se le presenta, por ello, conviene reflexionar nuestros pasos.

Pero, también necesitamos alguien que nos dirija. En principio, nuestra vida está en manos de nuestros padres y de ellos dependerá mucho nuestros primeros pasos. Pero, en la medida que vamos alcanzando la edad adulta necesitaremos alguien que sepa aconsejarnos y encaminar bien nuestras decisiones.

Sólo, una Persona, la tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Dios Espíritu Santo podrá auxiliarnos, aconsejarnos y dirigirnos por el único y verdadero camino de salvación. Él ha venido a nuestra vida el día de nuestro bautismo y desde ese momento está dispuesto a ayudarnos, pero nunca lo hará sin nuestro permiso. Necesita nuestra libertad para entrar en nuestro corazón y enseñarnos el camino hacia la Casa del Padre.

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