sábado, 9 de noviembre de 2019


Resultado de imagen de Lc 20,27-38
Es verdad que el Señor, nuestro Padre Dios, no necesita templos, porque es Él el está en todas partes y, de manera especial, en el corazón de sus hijos que creen en Él. Él es el verdadero templo que, por la muerte de su Hijo, se ha hecho morada en nosotros convirtiéndose en verdadero alimento que nos fortalece y vivífica.

Y es Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, quien nos ha liberado de la esclavitud del pecado y nos ha hecho verdaderos templos del Espíritu Santo al entregar su Vida para perdón de nuestros pecados. Desde ese momento y por nuestro bautismo somos hijo de Dios y verdaderos templos del Espíritu Santo.

Templos donde vive el Señor en su Espíritu y que, en cada Eucaristía, nos alimenta y nos transforma para que vivamos según su Palabra y su estilo de vida. Templos que Él construye cada día en el sacrificio Eucarístico con su muerte y Resurrección rescatándonos del pecado y sosteniéndonos en y por su Amor misericordioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.