Tras las advertencias de Jesús y la constatación de la
realidad, todo coincide y la Palabra del Señor tiene cumplimiento. Hoy sucede
lo mismo. Parece que el tiempo, que es mucho el pasado, no ha cambiado nada en
su esencia, porque el peligro actual es el mismo. Hoy, seguramente en este
mismo instante están muriendo y, por supuesto dando sus vidas, muchos
cristianos.
Sin embargo, ante esta realidad de amenaza de peligro
constante, el Señor nos anima y nos invita a aprovechar esos momentos con toda
confianza y esperanza para dar testimonio. Nos advierte de su presencia y de
que pondrá las palabras precisas en nuestros labios para nuestra defensa.
Esto debe servirnos para tomar conciencia de que no estamos
solos. El Espíritu de Dios está con nosotros y Él nos auxiliará, nos asistirá y
defenderá de todo peligro dándonos la paciencia, el valor y la fortaleza para
soportar y superar todas esas adversidades que quieren impedir nuestro camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.