Hoy también nosotros corremos
detrás de esa Palabra, plena y llena de vida y de verdad, porque en ella está
nuestra esperanza y nuestra felicidad. Y Jesús encarna esa esperanza que nos
mantiene alegres, deseosos y llenos de vida y de amor. Sin Jesús Resucitado la
vida pierde todo su sentido.
Porque, para qué vivir sin
esperanza. Puedes tener todo lo que desees, pero el saber que llegará un momento
que todo se acaba impide que tu felicidad sea plena. Y si no eres plenamente
feliz la vida no es del todo gozosa. Al final, si pierdes esa esperanza todo ha
sido en vano.
Por eso, la Noticia que hoy
nos da el Evangelio es la mayor noticia que podamos recibir y superior a todo
lo que el mundo te puede ofrecer. Jesús, el Señor, ha Resucitado y ha vencido
la muerte. Esa muerte que amenaza nuestra vida y la entristece. En Jesús
podemos vivir esperanzados y gritar: ¡Feliz Navidad!
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