Cuando una comida esta
desabrida le pones un poco de sal. ¿Qué ocurre? Aparece el gusto y el buen
sabor. Ahora la comida que, aparentemente es la misma, tiene un sabor diferente
y muy gustoso. Sin embargo, la sal que le hemos puesto no se ve, simplemente se
nota.
Un cristiano tiene que actuar
como la sal. Es decir, de forma humilde, sin apenas que se note su buen hacer,
pero haciendo las cosas bien. El buen testimonio se notará ypensam se contagiará sin
apenas verse ni hacerse notar. El ambiente que le rodea se irá contagiando del
buen hacer.
Y la luz de tus buenas obras alumbrará
a los demás a hacer lo mismo. Esa es la misión del cristiano. Una misión que va
adherida a su mismo ser cristiano, porque, abiertos al Espíritu Santo recibido
en el bautismo todo su obrar consistirá en servir amando a los demás.
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