Jesús al fundar su Iglesia
nombra a Pedro como cabeza de su Iglesia: «Y
yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del
Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y
lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Cristo es la Cabeza y la que
la sostiene, pero Pedro es quien, guiado y auxiliado por el Espíritu Santo la
cuida y mantiene la misión de hacerla presente en este mundo y recordar a la
comunidad cristiana que no se olvide cual es su centro y su misión: hacer
universal el amor.
Y nosotros debemos permanecer
fieles a misterio Petrino que hoy está representado en el Papa Francisco. Todos
unidos al Papa para con él caminar hacia el Señor y llegar a la Casa del Padre.
Todos empeñados en ser uno como el Padre y el Hijo son uno. Porque, en la
unidad reflejamos el amor universal al que Dios, nuestro Padre nos llama. Amén.
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