Nos preocupa el pan material
y cerramos los ojos a otros signos sencillos y cotidianos que, quizás, nos
pasan desapercibido delante de nuestros ojos. ¿Es que no percibimos la
misericordia de Dios respecto a los pecadores? ¿Es que no nos damos cuenta de la
necesidad de perdonar y de amar?
Cada día hay muchos momentos
en los que podemos descubrir la presencia de Dios en nuestra vida a través de
un acto sencillo y humilde: una sonrisa que nos estimula; una palmadita que nos
anima; una escucha atenta a nuestras inquietudes; un servicio a nuestras
necesidades y muchas cosas más.
Cada día, por la Gracia de
Dios, encontramos su presencia en múltiples de instantes que acontecen en
nuestra vida. Necesitamos estar despiertos y con los ojos y oídos muy atentos
para percibir la brisa suave que nos descubre la presencia de Dios en nuestras
vidas. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca
de Dios. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.