Sin darnos cuenta nos agarramos a la ley y nos
apuntamos a esas reglas que, sin mayor exigencia, cumplimos y nos parece muy
bien. Incluso nos creemos verdaderos santos y buenos cumplidores. Y decimos, no
robo, no mato y ayudo, por tanto, soy bueno.
Y no se trata de creer que haya mucha gente buena,
sino de que no hayan tantos malos porque no hayan visto la luz y sal de los
buenos. Por tanto, la cosa no consiste en permanecer en uno, sino derramarse
para otros. ¿Qué hizo Jesús?
Podía quedarse en Él y siendo bueno y perfecto no
transparentar esa bondad ni compartirla con los demás para que, viéndola otros,
se contagiaran de su amor. Porque, si buscamos la felicidad, ésta no está en
las cosas ni en el tener y poseer, sino en dar y compartir. Fue precisamente lo
que hizo Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.