Algunos querían echarle mano a Jesús y detenerle, pero
no se atrevían. Y es que lo que decía Jesús les dejaba sorprendidos y
admirados. Pero, ¿para ti quien es Jesús? Esa es la pregunta a la que tienes
que dar respuesta. Realmente, ¿quieres conocerlo? ¿Y se lo pides?
Haces gestos que demuestran tu interés por conocerle.
¿Lees el Evangelio cada día y tratas de reflexionar sobre lo que dice Jesús? Le
pides luz, sabiduría y fortaleza para ir comprendiendo y viviendo su Palabra en
el cada día de tu propia vida. Porque, esa es una forma de pedirle que y
demostrarle que quieres conocerle.
Y no dudes que el Señor te responderá. Él te ve y
responderá a tus esfuerzos y tu interés y te irá dando la Gracia para que
puedas ir conociéndole. No hace falta estudiar teología ni ser un intelectual.
Simplemente, querer conocerle y pedírselo haciéndolo al mismo tiempo.
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