Es posible que el Señor
también, a su manera, envíe a cada uno de nosotros a una misión concreta. Una
misión que, quizás no es relevante y pasa desapercibida, pero una misión que,
de no responder tú, nadie hará. De ahí la importancia de tu respuesta y la
disponibilidad a realizarla.
Quizás no le demos
importancia a lo que podemos hacer, pero hay muchas razones y circunstancias
que nos puede ayudar a realizar esa misión que, escondida dentro de nuestros
corazones, necesitamos dar vida y realizar. En estos momentos concretos vivimos
una gran oportunidad para demostrar nuestro amor.
Un amor a aquellos que, por
la pandemia que está viviendo la humanidad en estos momentos, te necesitan y
reclaman tu ayuda solidaria. Igual que a aquella viuda de Sarepta y a Naamán el
sirio, hoy el Señor te envía a muchas personas que necesitan un poco de
aliento, esperanza y servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.