La respuesta de Jesús ante aquellos hipócritas que,
creyéndose mejor que la mujer adultera, fue el desafío a que lanzara la primera
piedra quien se considerara mejor que aquella mujer. Pienso que fue un acto
misericordioso de Jesús para que se dieran cuenta de que ellos no eran mejor.
Si nos miramos bien y tratamos de recordar el tiempo de
nuestra vida, descubrimos muchos errores, fallos, desobediencias y pecados.
¿Con qué autoridad entonces juzgamos las acciones de otros? ¿Por qué no
tratamos de reconocer nuestros errores y pecados antes de ver los de los demás?
Dios no quiere condenar a nadie, pero, primero necesita el
reconocimiento y arrepentimiento para darnos su perdón. Justicia y misericordia
son compatibles, porque la inocencia necesita justicia, pero, el pecado, la
culpa está también necesitada del dolor de contrición para obtener la
misericordia de Dios.
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