Nuestra naturaleza está inclinada a defenderse y a
atacar a aquellos que te atacan a ti. No se puede entender que se actúe de otra
forma y menos que, a pesar de ser ofendido tú respondas con amor y haciendo el
bien. Por eso, lo que propone Jesús es algo diferente y nunca visto.
Sin lugar a duda que ahí está la diferencia. Amar a
quien te hace el mal es la novedad y lo que realmente descubre y diferencia al
cristiano del que no lo es. Se puede ser buena persona, pero si no amas, incluso
a quien te ofende y no te cae bien, no puedes ser de los que siguen a Jesús.
Esto es lo que Jesús propone: Amad a vuestros enemigos y rogad por los
que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace
salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si
amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo
también los publicanos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.