domingo, 8 de marzo de 2020

Resultado de imagen de Mt 17,1-9
Se supone que los apóstoles están desconcertados. La subida a Jerusalén se hace pesada y el corazón se te llena de dudas, de cansancio y de tristeza. No se puede entender que el Maestro tenga que morir y, a pesar de advertírselos los apóstoles no lo entienden.

Se necesita una nueva forma de presentarle lo que va a ocurrir al final. Porque, el final es lo que realmente interesa. Cuando tú sabes que al final el triunfo vendrá te será más llevadero el camino a pesar del sufrimiento. Y ese final nunca se puede perder de vista.

Esa es la razón de que Jesús se lleva a los más destacados o a los que Él elige para animarlos y que fortalezcan a los demás. Y les ofrece la visión del Tabor. Esa visión en la que contemplan la Gloria del Señor Resucitado junto a Moisés y Elías. Un adelanto de la victoria final, la Resurrección.

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