Cuando contactas con alguien frecuentemente, empiezas
a conocerlo y te vas dando cuenta con quien te relacionas. Entonces empiezas a
descubrir si te interesa y te conviene y aparece la confianza. Una confianza
muy necesaria para que nazca el verdadero amor.
El amor necesita un clima de confianza, porque, si no
hay confianza, ¿cómo puede nacer el amor? Por eso, para amar hay que confiar, y
el confiar nace de la frecuente relación, es decir, de la oración permanente y
constante.
Una oración que se establece siempre, ora duerme, ora
trabaja, ora descansa…etc. Jesús está presente siempre en todo instante de
nuestra vida. Se ha ido al Cielo, a la derecha del Padre, pero sigue presente
entre nosotros en el Espíritu Santo enviado por el Padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.